A veces, al escribir un blog de viajes te planteas la utilidad que ello puede suponer para tus potenciales lectores. Es cierto que una guía de viaje condensa toda la información práctica disponible. Pero le falta el alma del blog.
Un blog de viajes va más allá y añade el toque personal de la experiencia propia. No estoy descubriendo gran cosa. A nuestros lectores les importa la opinión subjetiva y comprender los problemas y sorpresas que nos encontramos en nuestro viaje.
Pero a veces, el blog te sorprende comiéndole terreno a la propia guía de viaje.
Recientemente estábamos buscando información sobre un próximo destino a Vietnam y Laos. De Vietnam se encuentran fácilmente guías actualizadas y mucha documentación en la red.
Sin embargo, con Laos teníamos más problemas. Sí, hay guías, pero nos parecen demasiado densas y “asépticas” para un país tan desconocido. Buscamos en internet, pero la información, en general, es escasa y poco práctica.
Hasta que encontramos este blog. Empezamos a indagar un poco y encontramos una pauta a seguir para organizar el viaje. Simplemente nos sirvió de punto de partida para encajar todos los engranajes que teníamos sueltos, sobre un destino del que ignorábamos todo.
Sigo opinando que la guía de viaje te va a ofrecer una información contrastada y bastante completa, pero ¡leches! ¡¿Por dónde empiezo?!
De entrada, me encanta que me ubiquen en el lugar al que voy, sobre todo cuando lo desconozco completamente. Ya habrá tiempo de estudiarlo con detalle y añadir o quitar actividades y visitas, según los gustos de cada uno.
Pero cuando encuentro un blog que me facilita los primeros pasos, ya tengo una base sobre la que diseñar el resto del viaje.
Me gusta que me den la información básica necesaria para el día de llegada: traslados en los aeropuertos, puntos de partida, visitas imprescindibles que debemos poner en la agenda y sobre todo, algunas recomendaciones básicas para nuestra llegada.
¡Vale! Muchos me diréis que os gusta improvisar e ir descubriendo lugares, sin atenerse a las regla marcadas, como en los viajes organizados. ¡A mí también! Pero eso no está reñido con comenzar la andadura con cierto conocimiento previo de lo que nos vamos a encontrar.
Sobre todo por razones prácticas. Y es que, la mayoría coincidiréis conmigo, las vacaciones son limitadas y no nos apetece perder los 2 primeros días investigando sobre el terreno.
Por eso me di cuenta de la importancia que mencionaba sobre los blogs
No solo nos obsequian con un punto de vista más personal en cuanto a las experiencias a descubrir, sino que en muchas ocasiones, colocan la alfombra de bienvenida a nuestra llegada al destino soñado.
En El Aprendiz de Viajero, como en la inmensa mayoría de los blogs, hemos sido cocineros antes que frailes. Durante mucho tiempo hemos aprovechado y disfrutado la información que hemos descubierto en los estupendos blogs que hay en internet.
Y por eso, en determinado momento, decidimos que nuestra experiencia y consejos también podían ser útiles para otros viajeros que decidiesen, como nosotros, dar un paso más y apoyarse en nuestra modesta bitácora para organizar el viaje de sus sueños.
Por eso estamos agradecidos a los blogs que han sustentado esos sueños, pero también a los lectores que nos leen para sustentar los suyos.
Seguiremos con ilusión.
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Opino igual, una guía puede darte muchas referencias de donde ir donde alojarte etc. Pero el apartado personal que te da un blog donde la persona cuenta su experiencia a mí al menos me da mucha más confianza y porque no decirlo se me hace mucho más ameno leerlo en formato historia.
Creo que lo que más me gusta del formato blog versus guía es que el blog es algo subjetivo donde también voy a ver opiniones negativas si las ha habido.
Exacto Paula. No solo la opinión particular de cada viajero, sino el toque personal del viaje y los detalles que no aparecen en las guías.