Recorrer Granada con niños puede ser una estupenda experiencia sin que por ello los más pequeños acaben cansados de tanto paseo. Por nuestra propia experiencia consideramos que el mejor método es combinar actividades dónde los niños disfruten, con las típicas visitas para conocer esta maravillosa ciudad.
En la típica visita rápida de 1 ó 2 días tenemos que aprovechar el tiempo para sacar jugo a Granada. Pero a la vez debemos procurar que esta visita no se convierta en un suplicio ni para los niños ni, como consecuencia, para nosotros. En este artículo te contamos como nos organizamos nosotros para recorrer Granada con niños, y esperamos que puedas sacar ideas para tu próxima visita.
El Albayzín
Nuestra propuesta para visitar Granada con niños comienza con una visita al barrio del Albayzín. Podemos llegar caminando por sus estrechas callejuelas hasta llegar a la parte alta, desde donde podremos tener nuestra primera visión de La Alhambra.
El barrio del Albaicín, o Albayzín, es uno de los legados de la comunidad musulmana que mejor se conservan en la ciudad. De ahí lo intrincado de la trama de sus calles hasta la parte alta de San Nicolás. No dejéis de observar las viviendas tradicionales de esta zona con sus altos muros protegiendo el patio interior.

Hasta el Albayzín hemos podido llegar andando o en el Alhambra Bus. Este socorrido medio conecta los principales lugares de interés de la ciudad: La Alhambra, Albayzín y Sacromonte, con el centro de Granada. En cualquier caso, merece la pena hacer, al menos el recorrido de bajada, dando un paseo.
La Alhambra
La indispensable visita a La Alhambra optamos por dividirla en 2 partes. Granada no es una ciudad grande, y es una forma de que no se haga pesado para los niños. Lo primero es obtener las entradas y hacer la reserva de horario para visitar los Palacios Nazaríes.
En nuestro caso, la visita quedó para la tarde, así que aprovechamos la mañana para visitar La Alcazaba. La antigua fortificación, situada en la parte más próxima al núcleo urbano, es la edificación más antigua de La Alhambra. Se construyó en el siglo XI para vigilar y proteger el resto de edificios.
Desde aquí podemos pasar al Palacio de Carlos V y continuar hasta los jardines del Generalife. Estos espectaculares jardines del siglo XIII-XIV eran el lugar donde los reyes tenían su lugar de descanso.
Acabada esta visita lo ideal es irse de tapichuelas (tapeo y copichuela). Granada es famosa por las estupendas tapas que acompañan cualquier copita o refresco que pedimos en un bar.
Parque de las Ciencias


Tras 2 ó 3 cervecitas y cierta alegría en el cuerpo, decidimos hacer una parada estratégica en otro punto cercano de la ciudad: El Parque de las Ciencias.
Es una opción interesante para que los chicos correteen, curioseen y disfruten de la cantidad de actividades, experimentos y sensaciones que podemos encontrar en este lugar.

En nuestro caso, si bien habíamos llegado algo cansados, sobre todo por el niño, rápidamente nos pusimos las pilas y cogimos resuello para continuar con la visita de tarde.
¡Ojo, cierran los lunes!


Tras un par de horas en el Parque de las Ciencias, nos encaminamos por la cuesta de Gomérez, curioseando las artesanías de Taracena. Hay que rebuscar la auténtica calidad entre un montón de tiendillas de souvenirs, pero merece la pena descubrir las filigranas de hueso y marfil de esta típica artesanía granadina.
Una vez de nuevo en La Alhambra, recorrimos con tranquilidad los Palacios Nazaríes: El Palacio de Comares y el Palacio de los Leones. En este último encontramos la “joya” de La Alhambra. O al menos la imagen que más representa las maravillas de estos palacios: El Patio de los Leones. Una pena no poder aproximarse mucho, pero el lugar desprende parte de su historia.


Una vez acabada la visita a La Alhambra nos adentramos en dirección al centro de la ciudad, reponiendo fuerzas en alguna pastelería donde disfrutar de unos piononos o una torta real.
Los Baños árabes
En este punto seguro que estáis cansados ¡Nosotros lo estábamos! Bien, pues llega la sorpresa final como colofón a un intenso día. Muy cerquita del centro, en la calle Santa Ana, encontramos los baños Al Andalus.
Preciosos, evocadores, con un fantástico ambiente que nos traslada a los antiguos baños árabes. La decoración es perfecta y el relax está asegurado. Y lo mejor, se puede entrar con niños a partir de 5 años que seguro que disfrutarán y nos dejarán un rato de tranquilidad para gozar de las piscinas de agua caliente y fría, y sobre todo de los relajantes masajes que podemos darnos.
Nosotros llegamos agotados a este punto y pensábamos que no merecía la pena. Además (un secreto), nuestro hijo era más pequeño. El caso es que, quizá por lastima o porque era tarde y había poca gente, nos dejaron entrar con él. ¡Qué maravilla! El niño se relajó y durmió toda la noche como un auténtico lirón.
Y nosotros, ni te cuento…
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Interesante articulo . Aprendo algo con cada web todos los días. Siempre es estimulante poder leer el contenido de otros bloggers. Desearía usar algo de tu post en mi web, naturalmente pondré un enlace , si me lo permites. Gracias por compartir.
Gracias. Claro que puedes hacer referencia al artículo. Puede que le sea útil a la gente que quiera hacer una escapadita con sus Pequeñas Promesas
Viví en esta ciudad dos años cuando.Me gustaba colarme un poco más arriba de paseo de los tristes para un paseo nocturno no guiado. Eso es lo que busco para mis nietos, algo que les asombre ,solo me queda el poder mostrarles que en el palacio de Carlos pueden susurrar a las piedras y alguien les va a contestar. No hay actualmente nada como el nuevo jardín de Córdoba, ,»La ciudad de los niños» que les asombre y les entusiasme….
Hola Carmen. Te puedo decir que nos sorprendió lo bien que se lo pasaron los nuestros en la Alhambra. Es una visita complicada para niños, pero hay algunas partes que las disfrutan mucho. Y en cuanto al museo de ciencias, fue un auténtico hallazgo para pasar un rato. Gracias por tu comentario
España es un destino increíble. Recomiendo a todo el mundo que lo visite.