Cap Cana
Esta exclusiva zona localizada al sur del aeropuerto se distingue por ser una de las más prestigiosas de Punta Cana. Allí embarcan lujosos yates y botes, además de ser el hogar de reconocidos resorts, un campo de golf y muchas otras atracciones pensadas en los turistas más exigentes.
Parques Temáticos
Para complementar tus vacaciones en la playa, o cambiar la rutina de tu alojamiento en hoteles en Punta Cana, este paradisíaco lugar posee parques con diferentes temáticas a elegir. Scape Park ofrece recorridos ecoturísticos y de aventura para entrar en contacto con la exuberante naturaleza de la ínsula. En él te sorprenderás con la adrenalina del zip line, las expediciones a la selva y la belleza de la caverna del hoyo azul.
Isla Catalina
Esta isla desierta es un paraíso para el buceo y el esnórquel. Se localiza aproximadamente a una hora de Punta Cana, frente a la localidad La Romana. Te cautivarán con sus aguas totalmente cristalinas y tranquilas gracias a su posición geográfica que limita la circulación de los fuertes vientos.
Higüey
Este encantador poblado se localiza a unos 40 minutos del Aeropuerto Internacional de Punta Cana, siendo accesible a través de la Autopista del Coral. Destaca por contar con la Basílica de Nuestra Señora de Altagracia, un recinto católico erigido en honor a la patrona dominicana que recibe a miles de fieles durante los festejos anuales. Así que ya lo sabes, si lo que buscas es conocer un poco más de la cultura, buscar hoteles en Punta Cana cerca de estos destinos es lo ideal.
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hola. deseo saber ¿como les va a las personas que visitan la isla ? , gracias
Bueno, en la actualidad no podemos decirte como está la situación en Punta Cana. Como puede ser muy variable, lo mejor es que consultes en las recomendaciones que dan los Ministerios de Exteriores para los viajes a cada país extranjero.
Fuimos con mi hija hace 3 años es hermoso estuvimos alojando en unosde los hoteles Bahía princees maravilloso esperamos ir en enero de 2022 pero alojaremos en el fantasy totalmente recomendable el personal muy atentos y educados
Nosotros estuvimos dos semanas en el norte, en Puerto Plata, otra zona turística. Ya al llegar nos encontramos con una escena curiosa, que demuestra lo que ellos llaman «chequear» (más o menos no hacer nada). En la ventanilla de la aduana había dos personas. La primera nos cogió los pasaportes, los miro, y se los pasó a una segunda persona que los volvió a comprobar y puso el sello. ¿Qué hacía la primera? Pues eso, chequear.
Fuimos en noviembre, con un calor agobiante al salir de cualquier local con el aire acondicionado a tope, pero al que te podías acostumbrar. Por las mañanas nos hizo un tiempo magnífico, pero llovió casi todas las tardes. Nos llamó la atención que anillaban el tronco de los cocoteros (ahora se ve en Las Palmas) para evitar que las ratas treparan y comieran los cocos. Vimos alguna trepar y resbalar en el anillo. Y también nos sorprendió el ruido atronador de las quemas de las cañas de azúcar para recogerlas. Los recogedores de caña suelen ser haitianos, negros como el carbón («prietos»), y el grupo más despreciado de su racista sociedad, que entonces cobraban un dólar por día de trabajo !!!
Los dominicanos son amabilísimos con los turistas, a veces incómodamente amables, llegando a rozar el servilismo. Y pudimos comprobar la forma infalible de ligar turistas de los «tigres». Mujer que ven sola, no importa el aspecto monjil que tenga, lo consiguen en menos de un minuto. Claro que probablemente es a lo que iban ellas.
Pudimos ir dos días a la capital, Santo Domingo, y recorrimos también el norte de la isla, hasta la maravillosa bahía de Samaná, donde aparte de otras zonas de interés, anualmente se congregan miles de ballenas para aparearse (desgraciadamente no estuvimos en esa época, entre enero y marzo)
También pudimos pasar a visitar Haití, muy cercano, donde se ven las enormes diferencias nada más pasar la frontera. Los haitianos, pobres y orgullosos, siguen manteniendo las mismas costumbres que trajeron de África. Llevamos caramelos para dar a los niños pero te preguntan si no les puedes dar, en cambio, lápices o bolígrafos. Puedes ver el típico mercado africano con todo en el suelo, y mujeres paseando con el bolso de mano sobre su cabeza en vez de colgando del hombro. Y el «taptap», un furgón o autobus multicolor que usan como transporte, y cuando quieren bajarse golpean para que lo sepa el conductor (tap-tap).
Otra cosa, si las cosas siguen igual que entonces, si viajáis por el país y os paran, ni se os ocurra parar, que os robarán. No paréis ni aunque sea la policía (saludáis, como si os pensarais que en os saludaban ellos, que no os dispararán porque ellos saben bien quién es turista), ni aunque os pongan una cuerda de lado a lado al pasar por algún pueblo (nos pasó). Bajáis algo la velocidad, y decís que no, que ya bajarán la cuerda.
El 80 % de la población vive en chabolas, y casi todas están situadas a lo largo de las carreteras para poder engancharse al tendido eléctrico, que es por donde va. De vez en cuando pasa la Compañía Eléctrica para cortarles las conexiones, pero según se van, se vuelven a conectar…