Una de pintxos por Bilbao

Pintxos por Bilbao

pintxos

Todos sabemos que en el norte se come bien. Y todos sabemos que los pintxos son una seña de identidad del País Vasco. Además, en un viaje no queremos olvidarnos de conocer nuestro destino y pasear por la ciudad. Por eso me encanta esta ruta, que hago siempre que puedo escaparme a Bilbao.

Vamos a partir de un lugar importante, San Mames. El nuevo estadio es ya de por sí, un precioso reclamo turístico. La moderna construcción ha dado lugar a un nuevo icono de la ciudad que se une al Museo Guggenheim y a la Torre de Iberdrola. El antiguo San Mames tenía un enorme escudo en la fachada que daba a la calle Licenciado Poza, la zona de vinos post partido, que se podía observar a lo largo de la totalidad de la calle. Con el nuevo campo se ha mantenido acertadamente esa imagen, con la colocación una moderna pantalla, que además, permite seguir el marcador los días de partido.

San Mames2

Continuamos por la calle Poza, donde iremos viendo el continuo goteo de bares repletos de pintxos y donde, en cualquier momento, podemos hacer nuestra primera parada estratégica. A mi me gusta visitar el “Nashville”. Un pequeño bar con ligeras influencias americanas, pero cuya tortilla de patatas (con o sin cebolla, según gustos) nos transporta mucho más allá de los continentes. Acompañada de un crianza o de un zurito nos dará fuerzas para continuar el camino.

Nashville

A continuación pasamos a la paralela Alameda de Urquijo, donde vamos a encontrar la Alhóndiga, un antiguo almacén de vinos, reconvertido en el “Centro Azkuna”, un centro de ocio y cultura que merece visitar por la combinación de un exterior, que ha conservado la fachada de principios del siglo pasado, con un sorprendente y moderno interior donde parece que existe otro edificio interno suspendido sobre gruesas columnas de hormigón. Antes de entrar, veremos el “Bar Alameda”.

¡No os perdáis sus estupendas Felipadas!

Un sencillo pintxo con anchoa y lechuga con  que nos hará vibrar por su original mezcla de textura y sabor.

Muy cerca de allí y para coger ganas para el siguiente tramo, encontramos el “EME”, en la calle General Concha. El EME se ha hecho famoso con solo dos bocadillos. El sandwich elaborado con pan artesano servido en gruesas rebanadas y relleno de lonchas de jamón y queso; y la torre, con anchoas. Su éxito: la salsa secreta con la que acompañan el conjunto.

EME

Desde allí vamos a dar un paseo por la zona más concurrida de Bilbao, en la Gran Vía Diego López de Haro. La zona céntrica bulle de gente haciendo compras a todas horas y aquí podemos encontrar variedad de centros comerciales. Os recomiendo llegar hasta “El Corte Inglés” y atravesar la Gran Vía en busca del “Café Iruña”. Si hasta ahora no os ha sorprendido la variedad de pintxos, aquí tendréis serios problemas a la hora de elegir. En cualquier caso se va imponiendo el pintxo moruno, elaborado al “estilo de antes” y que congrega largas colas de incondicionales. Pocas veces encontrarás un pintxo con tanto mimo y sabor.

Las Siete calles, corazón del viejo Bilbao

Nuestro último esfuerzo nos va a llevar al corazón de la villa: el casco Viejo. Allí podremos recorrer infinidad de recovecos por “Las Siete calles”. El corazón del antiguo Bilbao y donde se agrupaban los distintos oficios de la gente que habitaba el lugar hace 700 años.

Podremos visitar Somera, Artecalle, Tendería (las 3 originales, antes del derribo de las murallas), Belosticalle, Carnicería Vieja, Barrencalle y Barrencalle Barrena. Hasta llegar a la Plaza Nueva, punto de reunión de filatélicos, numismáticos y otros coleccionistas de cromos y sueños que aún siguen dando color a las mañanas de los domingos. Los puestos de flores fueron trasladados hace años a la cercana plaza del Arenal.

mercado floral

Aquí finalizo mi camino, no sin antes visitar uno de mis bares favoritos, la “Taberna Plaza Nueva”.

Taberna Plaza Nueva

Continua innovación y años de buen hacer, han dado a este lugar su merecida fama en un lugar de deliciosa competencia.

Los hermanos Jon y Txema De Miguel Izarzugaza continúan con la labor de su padre, y fundador de la taberna, Jose María, y llevan más de 19 años ofreciéndonos una barra repleta de pintxos muy bien elaborados donde no puedes (ni debes) quedarte solo con uno.

Si has llegado con hambre, es buen momento para hacer un repaso completo de la barra, y si no…¡vuelve al día siguiente con más apetito! De las suculentas novedades de mi última visita me quedo con el gratinado de quesos con jamón. Sencillamente

¡IRRESISTIBLE!

Taberna Plaza Nueva

Para acabar si has seguido el itinerario, solo puedo recomendar una buena siesta o, en su defecto, un merecido descanso en una de las múltiples terracitas de la Plaza Nueva.

Plaza Nueva

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