San Juan de Terranova. La pequeña capital de esta isla en el extremo noreste de la costa canadiense. En esta ocasion nos adentramos en un pequeño recorrido por su casco histórico y su zona comercial, de la mano de nuestra amiga Martina. Los primeros apuntes de la historia Americana y restaurantes variados para hacer frente a las “frescas” temperaturas reinantes.
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Signal Hill
Este es sin duda uno de los mayores reclamos de la capital gracias a sus vistas. A esta colina se accede en coche fácilmente y desde ella disfrutarás de una maravillosa panorámica de la ciudad a un lado, incluyendo el puerto; y al otro lado el Océano Atlántico. Signal Hill ha ofrecido su presencia en eventos como la batalla de Signal Hill, en 1762, las Guerras Napoleónicas, la Guerra Civil Estadounidense, o en la Segunda Guerra Mundial.
En 1897 se comenzó la construcción del monumento que corona la cima del lugar, Cabot Tower, en honor a la Reina Victoria y al aniversario número 400 de la muerte de John Cabot. La construcción de esta torre tenía sin embargo motivos tales como la señalización de los barcos entrando o saliendo del puerto. Este fue el primer punto desde el que se dio el aviso sobre el naufragio del Titanic.
Por su gran belleza, se ha definido un sendero, para el que por cierto, hay que tener bastante capacidad pulmonar (sé de más de una que llegó sin aire después de subir escalones). El camino está bien definido, imposible perderse, así que mejor llevarse unas buenas deportivas a la visita.
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Downtown St. John’s
Situado al norte del puerto de la capital de la isla, San Juan de Terranova, encontramos el Downtown. Esta ciudad, San Juan de Terranova, la más antigua de Norte América acoge en su Downtown, bares, restaurantes, pubs, tiendas de ropa, y constituye en general el principal atractivo de la capital.
En los días soleados, en los que el frío no ha hecho aún aparición, hemos podido disfrutar de paseos por las coloridas calles de esta zona.
Me siento en la obligación de hacer una mención especial a Jellybean Row, la calle que veremos en numerosos anuncios o spots publicitarios con sus casas y edificios pintados de vivos colores. Aunque lo cierto es que la paleta se extiende por todo el Downtown.
Fue allá por 1970 cuando las casas se empezaron a teñir con el objetivo de revivir un Downtown en decadencia. La iniciativa fue bien acogida por los habitantes de la zona, cumpliendo el propósito.
Caminando por la calle más antigua de toda Norte América, Water Street, nos topamos con un buen lugar para endulzarnos, y no, no me refiero al Tim Hortons (del que hablaremos más tarde), sino a Freak Lunchbox. Esta es una tienda de golosinas y no tan golosinas; en ella podrás encontrar desde las gominolas más típicas hasta grillos.
En Downtown, por supuesto, no todo es tan extravagante, también se sitúan en él establecimientos más habituales, que no por ello dejan qué desear al paladar, como YellowBelly Brewery, The Bagel Cafe, Boston Pizza y un largo etcétera.
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North Atlantic Ziplines
Una de las excursiones más esperadas son las tirolinas. Nos trasladamos a Pretty Habour a unos 20 o 30 minutos de la capital.
El atractivo, las vistas, nos acompañaron durante todo el recorrido que hicimos de tirolina en tirolina (contando hasta diez). Al igual que la adrenalina.
Eso sí, tanto si le temes a las alturas como si no puedes soportar el frío, el nivel de recomendación de esta actividad disminuye a bajo cero; aunque lo segundo puedes arreglarlo yendo durante el verano.
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The Avalon Mall
Sin duda el centro comercial más grande y concurrido de la isla. Sin embargo, esto no significa que vayamos a encontrar un pantagruélico centro como los que vemos en las películas. Lo que quiero decir es que sí, dispone de un “food corner”. Aquí podrás encontrar restaurantes para todos los gustos, desde comida asiática, hasta mediterránea, pasando por mexicana y americana, batidos del Booster’s Juice; y cafeterías como el mítico Tim Hortons (aunque esto no debería extrañarnos, ya que lo encuentras hasta en los hospitales), Second Cup o Starbucks. Pero aún así, mantiene un discreto encanto de ciudad pequeña.
Por supuesto, los canadienses, no frecuentan este lugar por la comida, sino por las compras y el cine.
¡Ojo! En Canadá, los impuestos se agregan al pagar. Si ves que algo vale diez dólares, debes agregarle un 15 % de impuestos (los impuestos cambian según la provincia). Una vez aclarado esto, entenderemos mejor el drama de ver como precios normales, se transforman en un sablazo en cuestión de segundos. Y es que no, no es barato, ni aún haciendo la conversión a euros.
Volviendo al tema de las tiendas, tenemos tiendas de ropa (American Eagle, Garage, Victoria’s Secret, etc), tiendas de juguetes, de productos de higiene y cuidado (The Body Shop, Bath and Body Works), de accesorios (Claire’s, Icing), una droguería Lawton’s, tecnología y compañías telefónicas, joyerías, bancos, maquillaje (Sephora), y muchas más.
Restaurantes:
- Montana’s BBQ & Bar: como su nombre indica, nos encontramos ante el típico restaurante americano, en el que todo el mundo ha estado. Tiene precios muy asequibles, y normalmente, podemos comer bien por un poco menos de veinte dólares con impuestos ya incluidos. Hay hamburguesas, nachos, sándwiches, pasta, gran variedad de salsas (incluyendo su especial Apple Butter), ensaladas, y asados. No obstante, algo que me recomendaron y pido bastante, es la hamburguesa vegetariana, aunque yo no lo sea.
- Swiss Chalet Rotisserie & Grill: este, más barato que el anterior, se limita más al pollo, así que si no eres muy fan del pollo, no te lo recomendaría. Para mi gusto no es nada demasiado especial.
- Cora: atentos aquí, porque vale la pena. Sin duda, este es uno de los mejores lugares de desayuno y almuerzo, o brunch. Tienen de todo (pancakes, wafles, crepes, sándwiches, tortillas, tostadas, desayuno de bacon, huevos y demás. Todo siempre acompañado por fruta. Quizá sea un poco caro para un desayuno, pero está buenísimo.
- Bagel Café: situado en Downtown, es un acogedor restaurante estilo canadiense. Sirve gran variedad de platos, desde bagels, pasta, carne, pescado, hashbrowns, toutons, y un largo etcétera; es ideal para cualquier comida del día. Muy recomendable.
- Tim Hortons: puede que si vives en Madrid, ya hayas tenido la oportunidad de visitar uno de estos. Esta franquicia canadiense saltó el charco por primera vez a finales de 2017. Y ya ha abierto varias cafeterías en la capital de España. Tim Hortons, es la cafetería canadiense por excelencia, vendiendo el 70 % de los cafés que se consumen en Canadá. Supera ampliamente a su vecina Starbucks. Sirve café arábiga, donuts, bebidas calientes y frías, bocadillos, wraps, sopas, y demás, sin olvidarnos de sus Timbits. Estos vendrían siendo los agujeros de los donuts. Visita obligada sin duda alguna.
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