En nuestra visita al castellano pueblo de Peñafiel, no nos podía faltar una visita a la Bodega de Protos.

No por nada se trata de la bodega con más visitas de toda la región de Ribera del Duero. Hay alguna más famosa por sus vinos, pero la Bodega de Protos combina unos vinos de excelente calidad y un llamativo reclamo arquitectónico.
EN EL CORAZÓN DE PEÑAFIEL
Pues sí. Nada más llegar a Peñafiel puedes observar el curioso edificio que alberga las Bodegas de Protos.

Fue construido en 2008, y desde entonces es un referente visual de toda la comarca de Ribera. Te recomendamos subir hasta el castillo de Peñafiel y allí podrás disfrutar del original diseño imitando unas tejas.
Os aconsejamos que no os quedéis solo con la imagen exterior. Si os gusta el vino, no hay mucho que decir. La visita es muy recomendable. Pero es que si no eres de los que disfrutas con el rico zumo de uva fermentado, tampoco te puedes perder esta fantástica e histórica ruta por las bodegas.

Desde hace más de 90 años, la bodega de Protos ha ido ganándose una merecida fama por la calidad de sus vinos. En ese tiempo, la producción creciente se ha ido almacenando en bodegas soterradas dentro de la montaña.
Durante la visita a la Bodega de Protos pudimos ir recorriendo los enormes pasillos repletos de barricas de madera de roble. Es asombroso descubrir los sistemas para mover los barriles, lavarlos, transportarlos y reubicarlos. Y todo ello a través de túneles subterráneos que mantienen una conservación perfecta.

Los originales sistemas de limpieza, con tuberías de agua recorriendo el entramado; las torres de barriles almacenadas con mimo mientras el vino coge personalidad; la moderna instalación que se asienta sobre los antiguos vericuetos.
COMO VISITAR LA BODEGA
Durante una hora y media recorres el laberinto de galerías, casi todas ocupadas por las barricas llenas de vino. Pero también llama la atención el sistema de rotación de las mismas. Las barricas son importadas desde Francia para conseguir una madera típica que aporte esa personalidad al vino de Protos. Normalmente la vida útil de estas barricas suele ser de 6 años. Aquí lo reducen a 4. De esta forma mantienen un equilibrio entre la madera joven y unas pocas fermentaciones, sin que la madera comience a añejar el sabor.

Al finalizar el recorrido, y con las glándulas salivares dándonos la alerta de necesidad, llegamos al punto de cata. Allí, para rematar el viaje, podemos saborear uno de los tintos que hemos “visto” envejecer. Y una sorpresa más. Desde hace unos pocos años, Protos ha comenzado a hacer un vino blanco, con denominación de Rueda. Veréis que gozada.

Los horarios son por la mañana durante todo el año y también durante la tarde durante los meses de verano. Como el horario varía según los días os dejamos el enlace donde poder reservar la visita a la Bodega Protos.
Porque, no está de más recordarlo, conviene reservar hora. Con más de 40000 visitas al año, no sería extraño que estuviese todo ocupado y nos quedásemos con las ganas.

En cuanto a los precios, también os aconsejamos verificarlos en su web. La visita que hicimos nosotros durante hora y media sale unos 11 €. Si vas con prisa o no te interesa todo el recorrido hay una visita exprés con cata por 5 €. Pero no vayas solo a beber; disfruta de la visita.
Y si eres sibarita o fan de los vinos de Ribera, te aconsejamos que te apuntes a la visita con cata y comida. Eso sí, siempre que te alojes cerca y no tengas que usar el coche.

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