En el artículo anterior te decíamos que íbamos a daros unas ideas sobre las visitas imprescindibles para viajar a Seychelles por tu cuenta. Así que vamos a ello.
Como ya os avisamos, no queremos organizaros un itinerario completo. Seychelles son unas islas donde el atractivo principal son sus playas y el submarinismo, con o sin botella.
Así que damos por supuesto que alguno de esos será el motivo principal de vuestra visita. A partir de ahí te proponemos una breve lista de actividades alternativas para condimentar una placentera estancia que, seguro que disfrutáis.
Mahé
Mahé es la isla principal y la más grande.
Aparte de ser la más cosmopolita tiene enormes playas donde nadar, tomar el sol, bucear y sobre todo llenarte los ojos de esa belleza increíble de las playas de película. Anse Intendance es una playa de casi 1 km que, no por ser “concurrida” deja de ser una maravilla para la vista y un disfrute para relajarnos.
Por supuesto Victoria es un lugar perfecto para visitar los mercados típicos locales y conocer la cultura del país. El más conocido es el Sir Selwyn Selwyn-Clarke, al que da nombre un antiguo gobernador de Seychelles.
La población de Victoria no llega a 30.000 habitantes, así que tampoco se trata de una gran urbe, y se puede llegar andando a casi cualquier sitio.
Uno de esos lugares imprescindibles en la capital de las Seychelles es la torre del reloj, con una diminuta réplica de la torre del Big Ben londinense.
El precioso templo hindú Arul Mihu Navasakthi Vinayagar; único templo de esta religión en todas las islas y que da un alegre colorido a esta zona de la ciudad, muy cerca del mercado.
Y también dentro de Victoria en las proximidades del puerto tenemos el Jardín Botánico. Nos encanta visitar estos lugares porque no solo se aprende y se conocen plantas únicas, sino que suelen ser lugares plácidos donde las horas se pasan volando.
Una alternativa perfecta a la playa es visitar el Parque Nacional Morne y disfrutar de la fauna de Mahé, en gran parte única, y de sus impresionantes paisajes. En general en Mahé se pueden hacer varios trekkings a cual más bello.
Otras playas muy interesantes son Anse Royale, que es la más larga. Aunque nosotros preferimos las cercanas Anse Forbans y Anse Marie-Louise, al sur de la mayor, pero mucho más bonitas.
Y tampoco hay que olvidarse de visitar la destilería de Ron de Takamaka en Pointe Au Sel.
Y por último, hacia el norte, os recomendamos la excursión para llegar a la cala de Anse Major como una de las rutas imprescindibles en Seychelles.
Praslin
Es la segunda isla en tamaño y población de las Seychelles, con cerca de 9000 habitantes.
Para llegar, lo mejor es coger los Cat Cocos ferries que tardan una hora en llegar desde Mahé. La frecuencia varía según el día de la semana, pero ya os decimos que los martes y jueves no hay ninguno. Para más datos sobre este traslado y otra información revisa el artículo donde te damos las claves necesarias para organizar tu viaje a Seychelles por tu cuenta.
Para los incondicionales de las playas, Anse Lazio y Anse Georgette, ambas al norte, son las dos más conocidas, aunque la segunda tiene un más difícil acceso. De todas formas la playa más grande y accesible está en la costa sudoeste, Grand Anse, que además tiene bastantes infraestructuras alrededor.
Sin embargo, el mayor atractivo de Praslin es el Vallée de Mai. Un auténtico jardín del Eden donde pasear en medio del bosque tropical y sobre todo contemplar el famoso Coco de Mer, la semilla más grande del mundo, que además tiene una muy curiosa forma.
La Digue
Desde Mahé se puede llegar en avión (20 minutos) o en barco (previo trasbordo en Praslin). Esto nos dice que la frecuencia marítima es la misma que en el caso anterior.
En la isla de La Digue encontramos la playa que nos parece más bonita de todas, la de Anse Source d’Argent. Arena blanca, aguas cristalinas y turquesa y los enormes bloques de granito que se desperdigan por la playa.
Esas formaciones graníticas son precisamente las que han hecho famosa la isla de La Digue en los últimos tiempos. Y es que no es para menos. Te puedes pasar el día, cámara en ristre, haciendo fotos de la inverosímiles formaciones que se asientan en las playas.
La Digue también es el lugar ideal para ver las tortugas gigantes. Nos aconsejaron ir a la isla de Aldabra, pero pilla bastante lejos de las islas principales. Será para otra vez.
Silhouette
Aunque es la tercera isla en tamaño, es mucho menos conocida (y visitada) que las otras.
Para llegar es necesario tomar el ferry desde Mahé y el viaje dura una media hora.
Sin embargo a nosotros nos atrajo por varios motivos. Pese a su pequeño tamaño, toda la zona interior es un Parque Nacional con gran cantidad de aves, plantas y reptiles endémicos. Una muy conocida es la planta carnívora Nephentes, que son esas que tienen forma de botella y que se han puesto de moda en algunos viveros europeos.
Además, es un lugar ideal para hacer senderismo sin posibilidad de irte muy lejos, pero disfrutando a tope del recorrido.
La única población es La Passe, aunque también hay zona hotelera en el lado oeste de la isla, en Grand Barbe.
La isla alcanza los 750 metros de altura en su monte Dauban. Y es este monte precisamente el que, con sus frecuentes nieblas, hace que la isla parezca un lugar misterioso. Quizá por eso se dice que esta es la isla en la que los piratas guardaban sus tesoros.
Si encontráis alguna, avisad, porque hasta ahora no han localizado ninguno, pese a las leyendas.
En cuanto al resto de las islas, no faltan ganas para visitarlas. Lo que falta es tiempo y dinero. Algunas de ellas están a más de 3 horas en avión de la isla principal, lo que supone un importante sobreesfuerzo económico.
Para dificultar más la aventura, algunas son privadas o semiprivadas y los alojamientos suelen salir un ojo de la cara. Nos llamó la atención la isla Astove, donde, por “solo” unos 10.000 euros puedes pasar una semana en el único resort disponible. Eso sí, a todo lujo.
En cualquier caso, si te animas puedes visitar el grupo de las islas Alphonse, diminutos atolones ideales para pescar y perderse del mundo.
Más lejos aún, se puede elegir entre las tortugas gigantes de Aldabra, donde viven las más grandes o la isla Bird, que como indica está orientada a la observación de aves raras.
Y por si no lo has leído antes, pásate por los requisitos por tu cuenta para organizar este maravilloso viaje por tu cuenta.
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