Qué ver en el sur de Baviera

Lugares imprescindibles que ver en el Sur de Baviera

El sur de Baviera es una de las zonas más conocidas de la Alta Baviera. Sus bucólicos pueblos junto a los imponentes montes nevados y sus evocadores castillos de hadas y princesas, atraen cada año a gente deseosa de regalarse unos días con las vistas de estos paisajes de ensueño.

Pues bien, por diversas circunstancias, hemos podido disfrutar una semana en uno de esos pueblos, en un hogar bávaro de uno de esos pueblos, Oberammergau.

De esos días hemos exprimido todo lo que hemos visto y ahora os lo queremos contar. Para poneros los dientes largos, y para que os animéis a revivir los paisajes de Heidi (aunque no la vieseis, seguro que la conocéis casi todos)

Oberammergau

Bueno, pues este es nuestro punto de partida. Cuando nos ofrecieron pasar una semana, no nos lo creíamos. Oberammergau es uno de los principales pueblos turísticos que ver en el sur de Baviera.

Famoso sobre todo por sus casas decoradas con escenas de cuentos. Así podemos ver una casa con varias escenas de Hansel y Gretel.

Otra con pasajes del cuento de caperucita, y muy cerca otra con los animales de “Los músicos de Bremen”.

Otra de las más conocidas es la casa de Pilatos, donde las pinturas de su fachada simulan un efecto 3D que, visto de frente a cierta distancia, da totalmente el pego.

Este técnica de decoración se llama “Lüftlmalerei” y es muy típica en los pueblos del sur de Baviera, aunque es posible que estas sean las más conocidas.

Oberammergau también es famoso por la representación de la pasión de Cristo en la que actúan la mayor parte de los habitantes del pueblo. Se hace cada 10 años y casualmente toca en 2020. Así que es una buena excusa para preparar un viaje al Sur de Baviera.

Desde aquí, hacia el oeste (aunque hay que coger carretera al norte y luego desviarse), tenemos un par de excursiones que no hay que perderse.

Iglesia de Wies/Wieskirche

Literalmente “la iglesia de la pradera”. Una pequeña iglesia en mitad del campo.

Llegamos a ella en nuestro recorrido a Füssen a ver los castillos.

Se trata de la iglesia más bonita de la zona. Un estilo rococó, como reza en la descripción, con las paredes en blanco y decorada con arcos dorados, bóvedas pintadas y un enorme órgano que queda enmarcado como parte del decorado.

La visita no deja lugar al aburrimiento con la cantidad de detalles que se pusieron, tanto en la construcción, como la decoración ulterior. Además, la visita es gratuita, si omitimos el pago del parking para los que vamos en vehículo propio.

Castillos de Baviera

Sin duda uno de los mayores atractivos que ver en el sur de Baviera son sus majestuosos castillos. En las inmediaciones de Oberammergau tenemos 3 de los más conocidos de Alemania: Neuchwanstein, Hohenswangau y Linderhoff. Los dos primeros conviene visitarlos en un día dedicado a ellos. Las colas son largas y los paseos amplios.

Para visitar el Palacio de Linderfoff no es mala idea combinarlo con una escapada por el sur, y el cercano lago Plansee, y disfrutar de las maravillosas vistas desde el lago, del comienzo de los Alpes. Para que te organices mejor hemos preparado un artículo con toda la información útil y algún consejo para visitar los castillos de Baviera.

Ettal

Ettal es un pueblo minúsculo cerca de Oberammergau.

Sin embargo, sobre sus pequeñas casitas sobresale la imponente cúpula del Monasterio benedictino de Ettal. No tiene perdida y sí mucho encanto.

Comenzó a construirse como un templo gótico, pero en una reconstrucción posterior y las reformas le dieron un estilo barroco. Además de ser una iglesia que merece la pena, en el monasterio se elabora la cerveza monacal Ettaler. No se puede pedir más.

Garmich-Partenkircher

Esta pequeña ciudad al sur de Baviera, casi en la frontera con Austria, es la capital del distrito y uno de los lugares más interesantes que ver en el sur de Baviera. Es conocida por los mundiales de esquí de 1978 y 2011. También debió haber unos juegos olímpicos de invierno, pero los chafó la 2ª Guerra Mundial.

Resulta agradable dar un paseo por el centro peatonal, lleno de cafés, restaurantes y…heladerías. No dejéis de probar las copas de varias bolas de helado.

Aunque el motivo principal de venir aquí es visitar la garganta de Partnachklamm. Se trata de un precioso desfiladero para hacer senderismo. Y se nota, la cola para entrar se prolongaba cerca de 100 metros. Y todo para pagar ¡6 euros! Por acceder a pegarte una paliza caminando. En fin, tampoco teníamos tiempo, así que solo visitamos la primera parte. Si eres de caminar por entornos idílicos, no te lo puedes perder.

Al menos si pudimos acercarnos a la pista de salto de esquí (está al principio del sendero). Como no estamos acostumbrados a estos deportes, nos impresionó (por no poner algo mas fuerte) el enooorme salto que dan los esquiadores.

Mittenwald

Este pueblecito situado en un valle, bajo la sombra de inmensas montañas supone el último pueblo antes de la frontera tirolesa de Austria.

Como buen pueblo bávaro, sus casas están profusamente decoradas con imágenes de historias y cuentos. El centro urbano solo tiene una principal callejuela empedrada, donde se reúne todos los turistas y curiosos para disfrutar del encanto de la localidad.

Además de visitar su iglesia, no dejéis de cotillear en los escaparates. Mittenwald es famoso por sus luthiers constructores de violines, y muchos de ellos se esmeran en su trabajo delante de la vidriera de su establecimiento.

Y además nos abrió el apetito, así que es buen sitio para hacer un repaso a la cocina típica de Baviera.